Las semillas de cáñamo son pequeños frutos secos producidos a partir de la planta del cáñamo, una de las plantas útiles y medicinales más antiguas del mundo. Desde hace varios siglos, las semillas de cáñamo se utilizan en diversas culturas y países del norte de Asia, como China, Rusia y Mongolia, en la preparación de alimentos. También en Alemania y Austria la semilla de la planta de cáñamo se utilizaba ya en la Edad Media para hacer sopas o pasteles. Pelada o sin pelar, la semilla comestible puede comerse cruda con su sutil nota de nuez. En el muesli, en el yogur, en forma de harina, en forma de aceites, tostada o al vapor, incluso en forma de mantequilla de cáñamo, la semilla es adecuada como alimento y una forma deliciosa de proporcionar al cuerpo importantes nutrientes. Las semillas de cáñamo son uno de los donantes de proteínas de origen vegetal de mayor calidad y son utilizadas a menudo por los deportistas como fuente de proteínas.
Ingredientes del superalimento cáñamo
La semilla es una especie de fruto oleaginoso, como una nuez, por ejemplo. Consta de un 30% de grasa, procedente de ácidos grasos insaturados, y contiene ácidos grasos omega 3 y omega 6. Como alimento, aportan al cuerpo humano vitaminas A, B, C, D y E. También contiene numerosos minerales como fósforo, potasio, sodio, magnesio, azufre, calcio, hierro y zinc. Las semillas extraídas de la planta del cáñamo son importantes fuentes de proteínas y se consideran perfectas fuentes de proteínas vegetales. Esto proporciona a los seres humanos aminoácidos esenciales que los humanos no producen por sí mismos, pero que son necesarios para mantener un cuerpo sano. Además, las semillas de cáñamo contienen componentes que tienen un efecto antioxidante y sobre todo combaten los radicales libres. Por lo tanto, favorecen el mantenimiento de las células, lo que es de gran importancia para la salud.